Page 41 - Libro LEI 2020
P. 41

El arado tirado por caballos




               El surco que marca la “dignidad”; eso lo aprendió de

               su padre, cuando en su niñez lo veía surcar la tierra

               de  la  chacra  familiar  “para  sembrar  el  porvenir”

               según  palabras  de  su  progenitor.  Esto  lo  marcaría

               para elegir su destino: el mar.


               Desplazarse con una embarcación era su sueño.



               Comenzó  a  navegar;  hizo  cursos  de  navegación,
               guiaba lanchas de turismo, hasta que un día tuvo su


               propia embarcación a vela.


               Se  animó  a  surcar  los  mares,  a  depender  de  sus

               conocimientos  marítimos,  a  dejarse  guiar  por  los

               vientos,  a  mantener  el  espíritu  firme  en  las

               tempestades.


               Navegando el litoral marítimo de la región, encontró

               restos  de  un  navío  hundido.  Tal  fue  su  entusiasmo

               que  buceó  lo  más  profundo  para  encontrar  más

               objetos, hizo de esto su religión. Se dedicó a surcar


               mares en busca de tesoros hundidos.


               Cada  tanto  cuando  se  apoyaba  sobre  el  timón  de

               mando pensaba en el arado que empuñaba su padre,

               antes de abrir “con el surco la tierra de su dignidad”.



                                                                                   Juan Martín




                                                                                                    40
   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45   46