Page 37 - Libro LEI 2020
P. 37

La foto


               Ingenua,  congelada  y  casi  feliz,  esperás  la  aparición  del  pajarito

               inexistente  que  promete  el  señor  malhumorado  de  la  cámara
               fotográfica.

               Tus ojos desvían la atención mirando al abuelo Alfredo que hace
               monigotes detrás de escena para que sonrías, pero sus gestos son
               demasiado  graciosos  y  rompés  la  postura  de  estatua,  con  una

               carcajada contagiosa.
               La  luz  del  sol  de  otoño  comienza  a  abandonar  el  balcón,

               fastidiando aún más a don Genaro que refunfuña maldiciones en
               un  dialecto  irreconocible,  mientras  mastica  un  cigarro

               humedecido por su saliva y exhala humo nauseabundo.
               Impaciente  toma  uno  de  tus  bracitos  blandos  e  indefensos,  y

               entre la nube maloliente te dice amenazante:-Ma si vo te mové,
               en la foto non salí ¿Capicci.?
               La abuela salvadora se interpone evitando tu congoja y aconseja al

               italiano, que haga su trabajo que bastante caro le sale. Mientras
               tanto  aprovecha  la  oportunidad  para  acomodarte  tu  collar  de

               perlas de plástico que combina con tu pulsera de fantasía y para
               repasarte una arruga del vestido en la parte delantera de la falda,

               cepilla  tu  cabello,  se  aleja  unos  pasos  y  te  advierte  que  no  te
               acerques mucho a la baranda del balcón, por las dudas.

               -¡Es  la  última  foto!  anuncia  con  aspamento,  para  tu  alivio,  el
               abuelo mientras palmea amistosamente la espalda encorvada del
               fastidioso Genaro que a esa altura ya se acabó su caja de cigarritos

               junto con su poca tolerancia por los niños.
               Nuevamente la ceremonia de la pose final.

               -Sonreí,  no  pestanees,  cruzá  las  manitos,  que  se  vea  el
               pullovercito nuevo, que salga el edificio de atrás.

               Por fin la explosión del flash cerró aquel sábado de abril del 57 y
               quedaste  atrapada  para  siempre  en  ese  marco  plano  sujetando

               con fuerza la carterita blanca tejida por tu tía Irma que contenía
               con holgura tus sueños.   Que hoy ya habrán pasado.
                                                                            Carlos Munassian


                                                                                                    36
   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41   42