Page 65 - Libro LEI 2020
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Mi ciudad
La ciudad parece estar dormida, pero tú y yo sabemos que cada
ventana protege una historia de vida, una muy distinta de otra.
Detrás de las gruesas cortinas color verde oscuro de la ventana del
último piso me imagino una abuela de rodete de pelo gris que
está tejiendo para sus nietos. Mientras sus manos no paran de
entrelazar punto con punto, los recuerdos recorren muchos años
de vida feliz. El gato duerme a sus pies sobre una alfombra
redonda. Se cuidan y se miman, se cuentan historias de esta vida y
de otras vidas, del presente y de un pasado lejano.
Dos pisos más abajo vive un joven estudiante de biología. Sueña
con mejorar el agua de los océanos y sabe que luchará por ello.
Por eso se pasa horas y horas preparando exámenes que lo
acerquen a su meta. Solamente lo acompaña una música muy
suave que inunda toda la estancia.
De a poco un manto de silencio parece extenderse sobre una
dudosa quietud que va cubriendo todas las viviendas.
Si pudiéramos espiar por aquella otra persiana veríamos un feliz
matrimonio con su bebé recién nacido. El pequeño, aunque
duerma casi todo el tiempo, ya se ha convertido en el rey del
hogar. Su pequeña figura parece no dejar espacio para nadie y
nada más que él.
Los ruidos que recuerdan el pulso de vidas agitadas y plenas se
van quedando callados. Solo las lunas siguen rodando
sigilosamente y sin hablar.
Todo se sumerge en un sueño, real y fantasioso.
Y mientras tanto el niño blanco crece y crece, acaricia las paredes
de su ciudad. Engulle todas y cada una de las historias que
alimentan su alma y lo convierten en dueño del lugar.
Erika Wendriner
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