Page 123 - Libro LEI 2020
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Comenzaba el amanecer
               cuando miró por la ventana
               hacia el centro del parque
               como quien viaja

               al útero materno
               el día del parto.


               Buscaba la presencia
               de los cuerpos de sus padres
               la pinotea crujía con cada paso liviano
               de sus pies desnudos

               alcanzar ese picaporte de bronce
               era una promesa para el año próximo.


               Bajo llave protegida en la casa
               anoche la saludaron
               ella ya en su cama
               el arrorró olió rancio otra vez

               reían sin parar y tiraban
               humo gris espeso que flotaba
               encima de su acolchado de flores.


               Anoche la saludaron
               ella ya en su cama
               su mamá le besó la mejilla tibia

               sensación que la acompañó
               hasta dormirse abrazada a un sueño.


               Al amanecer los buscó por la ventana
               vio el despertar del parque
               como vientre que palpita sangre
               nadie consoló

               esas lágrimas placentarias
               que marcan el sendero
               de los que lloran solos.
                                                                                Myriam Zavalía




                                                                                                   122
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