Page 91 - Libro LEI 2020
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Casa-nenúfar
Siempre tuvimos dos casas. La de Olivos-colegio, y la del
Tigre-vacaciones. Durante el año había escuela, natación,
casa de amigos. Mi padre era un hombre de traje y maletín
que siempre estaba llegando o saliendo. En vacaciones, mi
madre llenaba la camioneta de perros, mucama, e hijos y
rumbeaba para el Tigre. Allí jugaba a las cartas con sus
amigas y se volvía más violenta con su mucama, sus perros
y sus hijos. Yo pasaba horas a orillas del pantano viendo los
nenúfares. Me interesaba porque eran frágiles e
inestables, pero aun así fuertes para seguir a flote,
buscando la luz. Al crecer pude ver que había otra casa que
no conocíamos, donde papá dejaba su maletín, se sacaba
el traje, hablaba con su otra mujer, besaba sus otros hijos y
jugaba con sus otros perros.
Irma Acuña
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